Para hablar de la historia del Barranquismo debemos hablar de Lucien Briet (1860 – 1921), Espeleólogo, fotógrafo, escritor y aventurero francés.
En 1902 inició una serie de viajes en los que describió algunos de los principales cañones, desfiladeros y barrancos del Alto Aragón y de la Sierra de Guara.
Varios de los escritos que realizó en su viaje fueron publicados en los boletines de la real Sociedad Geográfica de Madrid, de la que era miembro, y junto con la publicación de su libro "Bellezas del alto Aragón", resultan determinantes para la declaración del Parque Nacional de Ordesa en 1918.
Gracias a su libro "Bellezas del alto Aragón", tenemos la primera catalogación de barrancos en el norte de Aragón.
En 1902 inició una serie de viajes en los que describió algunos de los principales cañones, desfiladeros y barrancos del Alto Aragón y de la Sierra de Guara.
Varios de los escritos que realizó en su viaje fueron publicados en los boletines de la real Sociedad Geográfica de Madrid, de la que era miembro, y junto con la publicación de su libro "Bellezas del alto Aragón", resultan determinantes para la declaración del Parque Nacional de Ordesa en 1918.
Gracias a su libro "Bellezas del alto Aragón", tenemos la primera catalogación de barrancos en el norte de Aragón.
Los primeros pasos en el barranquismo, fueron hacia arriba, nos explicamos:
Es algo curioso, pero los primeros barrancos se exploraron de forma ascendente y no descendente tal y como hacemos actualmente. Los exploradores de antes llevaban material mucho más pesado, la hazaña les llevaba a pasar días en el interior de los cañones temiendo una repentina crecida del nivel de agua.
En 1909 un grupo de exploradores franceses liderado por Edovand Alfred Martel, intentaron remontar la garganta de Olhadubie – Holzarte, aunque solo pudieron llegar hasta la mitad del recorrido.
Pasados unos años en 1933, con algunos avances en la técnica, otro grupo de exploradores franceses formado por: Ollivier, Mailly, Cazalet y Dubosq lograron la hazaña del descenso integral de la garganta por primera vez en la historia y abrieron el camino a otros.
Años atrás para practicar el descenso de cañones se utilizaban técnicas de escalada y espeleología. Gracias al trabajo de la Escuela Francesa de Descenso de Cañones junto con la Federación de Montaña y Escalada, La Federación de Espeleología y la Federación de Canoa-Kayac, consiguieron hacer una mezcla de técnicas pero adaptadas para poderlas utilizar en lugares con fuertes corrientes, rebufos, remolinos y demás movimientos de agua peligrosos.
Así en 1999 vio la luz un manual técnico publicado por la EFC, lo que marcó un antes y un después en cuanto a técnica se refiere.
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